Partido muy vibrante en Anfield el que ha enfrentado el Liverpool al Napoli. El equipo de Klopp se jugaba a una carta el pase a octavos de final contra un equipo que no ha perdido contra ninguno de sus rivales de la liguilla de Champions League, que cuenta con uno de los mejores entrenadores del mundo en activo y segundo en la liga italiana.

Pero el Napoli ha parecido poca cosa en comparación al mejor Liverpool del año. Si, hemos fallado muchas ocasiones de gol pero se ha vuelto a ver en muchos momentos aquella velocidad y aquellos destellos de furia roja que no se veían desde la semifinal vs Roma en el templo Reds.

La primera parte ha sido un verdadero festival del Liverpool que ha controlado la medular no dando en ningún momento ninguna opción a los mediocampistas italianos. A pesar del gran control el partido estaba algo bloqueado ya que se palpaba la tensión de los jugadores en campo, un gol del Napoli podría haber complicado muchísimo el camino y se notaba cierta prudencia en los primeros 15 minutos.

Una entrada dura de Van Dijk sobre Mertens parecía haber hecho entrar algo de miedo en los Reds que han sufrido algo a raíz de este hecho salvo volver a dominar el juego en los 5 minutos siguientes. El gol de Salah es una consecuencia de la gran presión ejercida, se va de Mario Rui con fuerza y fusila Ospina, un gol propiciado por dos errores de los dos jugadores más flojos del Napoli que finalmente han condenado el equipo italiano. Esta vez Klopp le ha ganado por completo el planteamiento táctico a Ancelotti.

A partir del primer gol el Liverpool se ha soltado y ha vuelto a aquel juego que ha enamorado la afición el año pasado. Aquel mediocampo físico pero con menos inventiva ha resultado ser clave en la gestión de los equilibrios de equipo. En la segunda parte un verdadero recital hasta el minuto 90 con goles fallados por Salah, Manè, Van Dijk y Wijnaldum. Los últimos 5 minutos fueron de meter balón en la olla por parte de los visitantes que en el descuento han vuelto a verse en Octavos tras el magnífico control de Milik y su más llamativa velocidad de ejecución, los aficionados visitantes empezaron a a cantar el gol y celebrar el ansiado empate hasta que se toparon con el mejor portero del mundo, un jugador fenomenal con unos instintos de arácnido que sacaba con el cuerpo y con el brazo aquel balón que llevaba al estasis de los visitantes.

Pero es lo bonito del fútbol, te ves dominando, te ves eliminado y te ves en final de Champions en un abrir y cerrar de ojos. Yo agaché la cabeza y al subirla vi que el balón lo había sacado el portero de cualquier manera…

Y luego vino el pitido final, el que nos regala otra noche de gloria en el día de los veredictos de Champions, otra noche por colgar entre las mejores de este equipo que gana la liga en Mayo. Y es que no me esperaba menos emociones en el día de homenaje a Modesto.

P.D. Quiero compartir la alegría de este resultado con todos vosotros que aunque no os conozca en persona, en poco tiempo habéis empezado a ser parte de mi día a día.

YNWA