Chelsea 1 Liverpool 1. Perdónenme que me interrumpa…

Leo que existe un locutor deportivo llamado Murray Walker (por lo visto lo suyo es la Formula 1), famoso por sus comentarios absurdos y por la conocida “maldición del comentarista”, esa que le ha llevado narrar en directo lo bien que le va a un corredor e, inmediatamente después, éste se retira o tiene un accidente.

Existe esa maldición entre el aficionado, soy un claro exponente.

La providencia no es tonta, es una traviesa, como ocurrió en aquella leyenda red/urbana (en la que creo que está involucrado Txus Vega), en la que se intentó contraprogramar la maldición antes de un córner jurando: “Si mete Sotirios, me compro su camiseta…” y hoy es el día en el que en alguna percha descansa eternamente la camiseta de Kyrgiakos.

Un murrayismo dice: “Yo no me equivoco. Lo que hago son vaticinios que luego resultan estar equivocados”. Escasos segundos antes de que Sturridge marcara el gol del empate, el soberbio gol, yo estaba criticando su escaso trabajo y profundidad. Pues allá que fue, al fondo.

Día lleno de emociones, ¡Vamos, Mode, vamos!, partido intensísimo, bien jugado por los chavales, que creo que tienen paciencia, tienen muchísimo trabajo y estamos a un pelo de tener el acierto con porcentaje más alto. Insistimos, no cejamos en el empeño y por eso tuvimos premio. Por mucha patada que se dé, el fútbol sigue sin dirimirse a los puntos, porque hubiéramos ganado seguro.

Muy bien Alisson, con pocas intervenciones, pero decisivas, muy bien Van Dijk, opino que él es el jugador fundamental del actual Liverpool, el imprescindible, y en general un buen partido de todos. Salah sigue su viaje hacia el buen estado de forma, pero se le espera y sabemos que llegará.

Excelente partido, de los que hacen la Premier tan grande, la mejor liga del mundo. Un buen Chelsea táctico, pena que estos entrenadores italianos traigan el futbol de no dejar hacer, lo trabajan a la perfección, eso sí, pero olvidándose la cantidad de ingredientes magníficos que tienen en su plantilla para cocinar una buena pasta (Abramovich pasta tiene…).

Nosotros somos más valientes, me gusta, pero eso no garantiza éxito.

Disculpad la crónica de urgencia y chapucerita, buscamos cronistas. Hoy tengo un resfriado que provoca que a cada segundo me venga la palabra moco a la cabeza, a la nariz y a la garganta, y por eso, si no estáis de acuerdo, me disculpo como dijo el mentado Murray “A menos que esté equivocado, me acabo de equivocar”

Al menos las letras no contagian fríos otoñales, ojalá sí, cabr… y así os pongáis a escribir.

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Jose Antonio Pastor Sáez