¿No tenéis a veces la sensación de que debéis saldar una deuda con alguien? ¿O que tenéis una cuenta pendiente que parece no llegar nunca el momento de saldar? Para mí creo que ese momento ha llegado. Domingo, tarde, quizás demasiado, pero como quien dice, nunca es tarde si la dicha es buena… Y, ¡no se consuela quien no quiere!
Hoy me veo sentada delante de un “folio en blanco” dispuesta a rellenarlo con una crónica que nada tiene que ver con las que me tienen “obligada” a escribir, pero no creáis que no lo agradezco, porque a veces me canso de tener que buscar sinónimos para palabras como portero (por poner un ejemplo) Cancerbero, guardameta, San Fulanito, el salvador! O hablar como si hubiéramos salido de un capítulo de GOT: “La saga de gladiadores vuelve a la senda de la victoria tras abatir a su rival en un duelo a vida o muerte en su feudo del que han hecho un fortín” Hay veces que hasta espero ver aparecer en cualquier momento uno de los dragones de Daenerys abrasando, a la voz de “Dracarys!!” a los pobres vasallos que nos dignamos a pasar una tarde de fútbol tranquilamente en cualquiera de los estadios de nuestros equipos.
Y tras esta presentación a modo de reflexión, nos vamos a donde nos toca. Sábado, 12.30pm, WEMBLEY. Allí llegábamos buscando 5 de 5 y saliendo con un pleno de victorias, con pocos goles para las ocasiones que se presentaron y con un Tottenham, (TotenJan para media España) que bien podría haber salido con una goleada como podría haber empatado el partido en el tramo final, aunque a mi parecer, debería haber comprado un cupón de la ONCE, mismamente al bueno de Firmino que casi pierde la visión, porque sin duda fue su tarde de suerte a pesar incluso de la derrota. El poco acierto ya casi habitual de mi apreciado Salah de cara a portería, la falta de puntería de Mané además de, a mi modo de ver, la escasa participación de Bobby, aunque sí, ayer hizo un gol de 9, de esos de cazador al acecho del rechace que están ahí para empujarla, pero vive desaparecido encuentros enteros y todo se olvida cuando hace un gol, y no es que yo tenga nada en contra de él ni soy yo nadie para criticarlo, o sí… Pero no se puede aparecer y desaparecer como el Guadiana porque tu equipo juega todas las semanas regularmente y hay que mantener esa regularidad también como jugador. Hablo del segundo gol cuando el primero, el más importante y el que abrió la veda en Wembley tras haber sido anulado un gol en fuera de juego a Sadio Mané, lo hizo Wijnaldum. Él, Gini, el que cabeceó al fondo de la red un rechace de la defensa tras un saque de esquina, o para qué mentir, ni siquiera hizo falta tanto, porque con sobrepasar la línea de gol hubo bastante. Miró, saltó, la empujó y el reloj vibró!
Se ha hablado mucho durante este comienzo de liga que el Liverpool gana pero no gusta. Vence pero no convence. Que su juego es poco vistoso. Que gana sufriendo y dando las gracias… Y no seré yo la que diga que todo eso no es cierto y que sufro más en los descuentos en rojo que en los blanquiverdes y ya es mucho decir! Pero ayer no solo se ganó. Ayer se jugó, se tocó, se crearon ocasiones, se falló, se luchó, se buscó la portería rival. Hasta Alisson tuvo tiempo para hacer de las suyas y nos pudimos permitir incluso, encajar un gol. Dos en 5 jornadas. Perdonadme si soy muy atrevida con lo que voy a decir pero a mí el juego, me enamoró. Quizás fuera oír el YNWA en un escenario como Wembley. Quizás es que ese escenario es mi debilidad o quizás, que se consiguiera sumar los 3 puntos. Quizás también que fue un día muy “SUNNY” y poco lugar quedó para el “HURRACANE” Llamémoslo como queramos, pero que los Northern bailaron al son de su banda sonora en la capital, es innegable.
Nadya Fernandez
*Main image - The Indian Express